Pasan los años sin clemencia alguna
y se mueren los sueños incumplidos;
marcharán al rincón del cruel olvido
para dormir por siempre en densa bruma.
Serán como los restos de un naufragio
que no ha dejado rastros en el tiempo
y oscilarán sin rumbo entre los vientos,
privados del más mínimo epitafio.
Imposible lograr todo en la vida
sin detentar la condición de dueño,
que normalmente, de hecho, está perdida.
Por ende no forcemos nuestro empeño
y asumamos cual condición fallida;
la causa de cumplir todos los sueños.
Jorge Horacio Richino
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