Te he nombrado en silencio
y te he susurrado al viento,
te ha regado la lluvia
y has sido destino y sueño.
He sembrado mil besos
como flores en invierno,
que brotan bajo la escarcha
y entibian de luz el sendero.
He sido tu sombra y lucero
pasajera en viajes ciegos,
anunciando las estaciones
sin saltar días de mal tiempo.
Y vuelve siempre al inicio
o al fin de cada recuerdo,
donde todo se junta y aleja
como labios lejos del cielo.