Cerró sus ojos para ver,
lo que estando abiertos
no podía ni borracho, creer
En su cama revolcándose
su dulce amada
en brazos de un “amigo”.
La vio hacer lo que nunca,
nunca le fue permitido,
por su recato fingido.
“si te dejo hacer lo que me pides,
¿qué pensarás de mí?”
¿Que en la cama
te acompaña una cualquiera?
o soy la mujer que elegiste
por esposa y madre de tus hijos?
Lo hacía sentir de fijo
¡un depravado!
y hoy la ve haciendo
lo que jamás imaginó.
Para mí como observador neutral,
es natural
lo que la mujer gustosa
acepta compartir
en una relación consentida.
No creo que sea pecado
liberar la libido escondida
en momentos de amor
apasionado.
En el seno oscuro del lecho
sea conyugal o clandestino
¿por qué con el amante si,
y con el esposo no?
Vaya una pregunta
¿se sienten liberadas para hacer,
con el amante,a escondidas,,
lo que el cuerpo
y la pasión les piden,
aceptando todo
lo que en su hogar estiman
que es inmoral y prohibido?
Creo que la solución pasa
por el diálogo
sin prejuicios y sincero
donde cada uno exprese
sus gustos y deseos
y obrar según lo acordado.
Hablando a calzón quitado
los matrimonios
serán más dichosos y duraderos..