Te he soñado niña, en los jardines tersos de mi pensamiento
Virginal, inocente, de perfumes delicados,
Impregnando el alma, inundando el aire
Como si fueses fruto y miel, te he deseado
Entre la noche intensa y la luz del alba
Te he mirado luna, en la inmensidad del cielo
Huyendo desnuda entre el inocente bosque y la virginal montaña
Como si fueses boca, te he buscado
Para saciar mi sed, en el manantial cristalino de tu vientre ingenuo
Te he amado noche, en la quietud oscura
Devorando tus labios, desarropando la piel,
Renovando tejidos, entre besos y agua
Pretendiéndote angelical, entre espumas y nubes
Te he esperado cuerpo, para ahitar mi alma
Para germinar robusto en tu arcilla mojada
Para abrir mi pecho y entregar mi canto
Para hacerte mía. Para descubrir la vida