Infortunada orfandad,
suavizando la ironía
que tu existir suponía
relevando la oquedad.
Sugerente cantidad
en que se pueden fundir
del rocío el transcurrir
y el abandono voraz.
Interpretar complicado
la razón de tu existencia
denigrada a complacencia
del repudio agigantado,
pese al preludio indicado
de la indulgencia al instinto
en su afán de ser distinto
con su objetivo estimado.
La bondad es la victoria,
la afasia exige cartel
con su torre de Babel
pretende forjar historia
repartiéndose la gloria
descortés a tu grandeza
ignorando la impureza
alojada en la memoria.
Leal como distintivo
sin pendón de terquedad
ni vetos en vecindad,
clasifica al buen amigo
y lo has de llevar contigo
como escudo ante el estrago,
convalecerá el lumbago
en tu limbo reflexivo.
@MucioNacud ©