Cuando despreciabas mis sonrisas, mis rosas y mis cariños...
Cuando andabas acompañada, con alguien que no era yo...
Cuando me insultabas con palabras que ofendían mi corazón...
Todo era una vil mentira...
Porque luego llorabas todos los días en los jardines de mi casa, pronunciando mi nombre...
Porque gritabas te amo todos los días, durante todo el día...
Porque me regalabas una flor cada minuto...
Todo era una vil mentira...
Porque me doy cuenta que te amo mucho más, con más profundidad, con más pasión, con más cariño, de lo que yo mismo imaginé...
Entonces éramos un par de mentirosos que no pudimos escapar a la sinceridad de nuestros corazones...
Y nos amamos con la fuerza del amor.