Me gustaría poder describirte,
amarga lectora,
el mundo que yo veo.
Pero enfrentar este lienzo,
para mi,
es enfrentar a mi demonio, mi genio, mi djinn.
No por no conocerme, o no saber.
Por no encontrar las palabras
que dibujen en tu alma lo que siento,
cuando miro o te miro, escucho, sueño, pienso.
Y no es por regalarte el oído,
aunque no me oyes, me lees,
pero la belleza me apasiona.
José González Oliva