Irá nuevamente al malecón
A llenarse de aire los pulmones
Sintiendo que vive una película
En la cual no tiene parlamentos.
La sal pegada al paladar
Ciudadano que salta el horizonte.
A su lado se sentarán las promesas
De los personajes que se imagina
Porque él es el dueño de cada uno
Y cada uno un ensayo de su estupidez.
Una ola le moja el cigarro, otra la franela
Una tercera le sacude la dignidad.
¡Un momento, señores cangrejos!
Se ha levantado para orinar
Se santigua en este día crónico
Donde ni en su casa lo esperan.