Sin naipes, ni chistera, ni varita
intento dirigirte la palabra
alzándome en un mago que recita
conjuros que se inventa y que se labra.
Inútil, mi valor, “prestidigita”
en pos de que la voz se me entreabra
queriendo confesarte que te invita
al fuego de un amor de “abracadabra”.
Mis letras son la magia que desnudo
buscando esos hechizos que le ocultas
a todo mi frugal ilusionismo.
Me trabo y me evidencio tartamudo
y rauda, tu visión, me dificultas
haciendo un ejercicio de escapismo.