Nadie daba un duro por mí,
sin embargo, ahí estoy,
a veces, muchas, como el alfil,
escondido parecido al colibrí.
Nadie daba un duro por mí,
en mis indicios en la escritura,
sin embargo, ahí estoy,
con infinita y plácida insistencia.
Nadie daba un duro por mí,
por eso me gusta la penumbra,
no hacer caso nunca a la masa,
atacar siempre en guerrilla.
Nadie daba un duro por mí,
siempre en minoría, a la defensiva,
pero en observancia de la táctica,
a gusto en la rareza y la idiosincrasia.
Nadie daba un duro por mí,
pero los tipos sin orgullos ,
son los mejores aliados,
sin prejuicios, sin odio a racimos.
Nadie daba un duro por mí,
pero soy un muy mal enemigo,
pegajoso, legionario y espartano,
lo propio de nacer ya espantado.
Nadie daba un duro por mí,
pero creo en el trabajo arduo diario,
en la diversificación del riesgo,
y confío en los míos y ....en mi mismo.