Ben-.

Cuerpo arriba-.

La noche se llena de cadáveres. Son emisiones leves de esponjas marítimas. Renuncian a sus graves tonos de corporeidades sublimes. Impiden el tránsito de la avenida sin forma. Noche. Cumplimiento de los atroces vestigios, donde caen los tronos vencidos. En el brazo que resta sin compañía, lagos hablan, de sus impertinencias y su dolor de confort. Almibarados, los troncos asumen su verbo. ¿Qué podéis comprender? Con vuestro tono de tragedia invisible. Con vuestra impotencia de sueños castrados por láminas de imbecilidad. Así, los testículos cobran forma, en la noche sin fondo. Armarios que vuestros ojos nunca podrán mirar. Roídos manantiales por la fórmula del llanto, despojos.

Mi exigente mirada observará vuestros decadentes tronos ricos. Y en la fábula amena, en los alegóricos pájaros fundidos en el sol, mi cuerpo será, de nuevo, ceniza de la que tanto hablaban-.

 

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