Silvestr

Musa pelirroja

Un segundo basta para amarse...
Una vida no basta para cargarse de risa por ese chiste...
Dos segundos son suficientes para repetir la canción que acabo de conocer...
Dos vidas son insuficientes para escuchar las risas perdidas y las no pedidas...
Reír por la tragedia de no querer irse y reir aún más alto por la comedia de nuestro deseo de irnos a la chingada...
Estar quietos e inertes ante la posibilidad de morir, ahorita esbozo sonrisas y sonrisas melódicas hacen libres a los que de por si son libres; para amar...
¡Por fin amamos con lágrimas!