A veces me siento como Lucas y otras tantas me siento como Pedro, dame tu mano señor que me ahogo, aunque sé nadar las muchas aguas me están ahogando señor.
Otras tantas me siento como Pablo, sí como Pablo, encarcelado pero mi alma se encuentra libre, aunque mi cuerpo encerrado, llegando casi la agonía.
En mi pensamiento tú estás ahí, que eres mi sustento.
A veces me siento como Débora, tengo mucha fe en ti señor y otras tantas como el pequeño David frente al gigante, con mucha valentía para vencer el gigante que me ha llegado, pues como el pastorcillo soy amado por ti mi Jesús.
Habrá fiesta, sonará el shofar y caerá el virus de Jericó, la trompeta será tocada y escucharemos un canto de victoria, sonar al shofar y habrá un shabat.