El aterciopelado aroma de tus pétalos
enciende de carmín los labios de la aurora
en los sonrojados amaneceres de mayo
cuando desgrana su blanco cantar la alondra.
Sus argentinos acordes ascienden al cielo
entre arrebolados murmullos de amapolas,
entre las límpidas risas del céfiro,
entre los azulados suspiros de las ondas
y entre tus verdes miradas que se diluyen
por el espacio infinito de luces y sombras.
Hoy he besado el rojo bálsamo de tus labios
cuando nuestras dos almas se encontraron a solas
mecidas en las ingrávidas alas del viento
entre blancos arrullos y cálidos aromas.
Hoy he libado la roja esencia de tus pétalos
sumergido en los acordes de un ave canora.
En las alas del viento