Ya no siento ese huracán
que en mi alma retumbaba ,
huracán de pasión que me descontrolaba,
ya tus sentimientos se han dormido,
igual que se duerme la tarde en el ocaso.
Ya no escucho tu corazón cuando palpita
y tu aliento es un gélido viento que transita
por los rincones de mi cuerpo.
Voy por la vida buscando una caricia,
un rincón en donde refugiarme,
en donde sienta el arrullo de la brisa
y me llegue el calor de una sonrisa.
Voy por la vida ofreciendo un corazón,
un corazón que está lleno de heridas,
yo estoy buscando a un doctor,
que con sus besos sane esas heridas.
Felina