Tus ojos son dos luceros
que a la distancia puedo verme en ellos.
Tu vos me llama,
mientras tú piel es delicada hermana amiga mía.
Pero todo es como un torbellino de amor que arrasa todos los sentidos,
pero trae paz al corazón.
Las lunas pasan pero tú belleza perdura y no acaba, pues tienes el sello del amado de nuestras almas; el que detiene el tiempo para que tú alma se enamore.
Espero el día de verte, sonreír y oler la fragancia del jardín en primavera; que con todos sus matices y aromas, envuelven los corazones amiga hermana mía.