Mis mares interiores se quedaron sin playas. Tus olas de ausencia han arrasado mis arenas.
Cada noche, tu silencio recae sobre mí con todo el peso del cielo y de las estrellas.
Los temores abrazan de repente la poca soledad que hasta ahora pude hacer compañía.
¿Dónde están los libros que me leías? ¿dónde tus ojos de faro en la noche, para mis veleros perdidos? ¿dónde tus promesas azules?
Después de tanta indiferencia me cuesta creer, que en el tiempo, vayas a ser mi puerto.