Francisco 1987

Nada fuera de lo comĂșn

La suavidad de los pendejos de su concha

mientras se la chupaba a un enfermo drogadicto

ella pensaba en el almuerzo, en Cancún, en un trago

en vestidos de 500 dólares

ella gemía y gemía 

imaginando comprar un departamento y amoblarlo

se reía de los pajeros y pajeras

que gastaban su dinero y tiempo

viéndole el cuerpo de segunda mano

y tatuado en esperma...

se había acostumbrado a la vida fácil

ella juraba por Dios y por Diablo

que nunca le pasaría nada fuera de lo común

se limpiaba el esperma de la cara

y se iba a tomar una ducha

distraída