un hombre negro esta llorando
sentado en la banquita de una plaza;
a sollozos esta gimiendo,
lo discriminan por el color de su raza.
el se siente inferior al blanco,
como ciudadano de segunda clase;
desgarradoramente esta llorando
y no hay nadie que pueda consolarle.
y desde cuando aca el blanco
se cree superior al resto de los mortales;
si el blanco no es mas
que un trozo de carne infame.
el pobre negro mira hacia el cielo
como exijiendole explicaciones a \"Lo Alto\",
del por que de la desdicha de ser negro
y que lo discriminen tanto.
por que tanta discriminacion
grita al cielo a sollozos,
si ante ti todos somos iguales, Oh Dios
clama el hombre quejumbroso.
de pronto se le acerca un niño blanco
al hombre negro sentado en la banquita,
y el niño, todo tremulo y asombrado
le regala al pobre hombre negro una sonrisa.
el hombre negro lo mira admirado
con un dejo de ternura en su corazon;
en la inocencia de los niños no existe
esa cosa absurda llamada discriminacion.