Alfredo Saez

-El fracaso a redimir-

 

 

De nuevo…  idéntico y reprimente  resultado

 que los dorados brindis siguen eterno su curso

 sin humedecer jamás al sediento valle desecado,

copia asaz y repitente de nepótico Concurso.

 

Corean lauros  finales los brillantinos Tribunales

con vítores triunfales solo para quienes no cantan prístinos enojos.

Áureas, bellas  y amarillas, sean  las derrotadas  espigas de los trigales,

   llorarán secas sus desazones,  lágrimas morenas  de muy tristes ojos.

 

Cabalgas  el  raudo corcel  ¿jinete  capital de la envidia?

o acaso eres  el crónico y patógeno daltónico del matiz ocre,

pobre  perdedor sintomático: no es virtud la estulticia

sin terapia moral que abate en rendición, padecer mediocre.

 

Sé valiente y masoquista, recreando  tus añorados  destinos

y siembra sementeras con  fértiles bacterias no oficialescas

en tus sanos vientres nutricios de veros méritos cuasi divinos.

¡ Y quemen los  santos benditos, con fuegos controlados, alimañas y yescas!