Leo, leo, bebo
No dejo de beber de a sorbos
Las palabras de mi imaginación
Inundando la memoria del recuerdo.
Leo una y otra vez
Los poemas de su boca
Los imagino cómo se imagina la locura
Y al beber suavemente
Su vino de vida
Me introduzco en el mundo
Donde la pasión aclama.
Leo, releo, vuelvo a leer
Y bebo el vino y cada hoja de mi pasión
Que recuerdo
Y vuelvo a recordar
El filo que separa
Esta respiración
La muerte misma de mi desaliento.