El corazón me sobornó y todo fue por una ilusión.
Sus ojos solían ser el cielo hasta que descubrí que
eran el puro infierno.
Creía que sus manos me calentaban pero en realidad
me dañaban.
El corazón se equivoca y más en la tarde de invierno.
No estás sola, me tienes a mi.
¡Es una ilusión!.
Jamás te dañaron pues yo siempre estuve allí