Hemos recorrido orillas, campos y veredas,
liberando con ternura, los niños que fuimos
transitando invisibles sin rozar el paisaje,
en pos de la clemencia, por alcanzar una estrella
Nos hemos fundido, en la inquieta mirada,
que se disuelve candorosa en la inocencia,
indagando nuevas señales y mímicas
que cargan, nuestros días de primavera
Hemos conocido lugares encantados,
sujetos a una juventud harta ideada
que nos invade plena, la soledad de ansias
y el olvido de pétalos coloreados
Porque somos confidentes y amigos,
aunque por el mundo no coincidamos,
somos ojos y labios del mismo rostro,
pero nunca, bajo el cielo no hemos visto
Juntos, hemos soñado despiertos,
y en los sueños nos hemos abrazado
con la magia del deseo y la imaginación,
hemos tornado en otros tiempos
Y hemos besado juntos el cielo,
caminando de la mano por la vida
sin ser vistos, ni oídos por nadie,
tan solo por el aroma de nuestros versos
Somos, el canto a la vida que emana,
en cada rincón de nuestros corazones
evocando los sentimientos más sutiles,
inventando oleadas, de olvidada calma
Hemos varado, en un mundo de fantasía,
donde el sol, no lastima el candor del mediodía
desde donde podemos volar juntos,
a cualquier ilusoria y lejana utopía.
Ana Barroso