La mágica sonrisa dibujada en tu boca,
me provoca el deseo de buscar afanoso,
la caprichosa ruta de empíreos placeres
que me hacen descubrir tu grácil continente.
Tu camino con cimas de suculentos frutos
y praderas silvestres de sinuosos contornos,
me causan la ansiedad y me dejan temblando
de emoción, cada vez que recorro tus cauces.
Susurros excitantes y palabras quebradas
que levantan el fuego de intensos arreboles,
con hondos movimientos que provocan suspiros.
Momentos excitantes explorando los límites
del placer, manantial cristalino y calmante
que fluye de esa gruta causante del delirio.