¡Qué tristeza!, un amigo muere
el alma no resiste el llanto
lágrimas salen del quebranto
y el corazón creer no quiere.
Mustio del árbol cayó el fruto
dejando hojas muy lagrimosas
rocío en gotas amorosas
que llovieron dolor y luto
Acongojado y conmovido
la voz quiebra como cristales
por duro golpe en ventanales
cuando se marcha un ser querido.
Pero él será muy redimido
en las manos del Creador
que lo recibirá de amor
por su firme deber cumplido.
Dejó su vida terrenal
como disposición divina
pero la semilla germina
en nueva vida espiritual.
Adiós al hermano Roberto
que deja huella llena de fe
Dios le acogerá donde esté
con Él vivirá, aunque haya muerto.