En tus labios se posaron cálidas esencias
que derritieron la miel de tu dulce boca
y tus ojos derramaron dos ardientes perlas
que bebieron de la mar en las verdes olas.
Una arrebolada sonrisa se elevó al cielo
entre los suspiros carmesíes de una rosa,
mientas tú, triste y sola, te quedabas llorando
lágrimas de sangre en un campo de amapolas.
Tu mirada se encendió de ardoroso fuego,
las alas del viento se agitaron en la fronda,
tus pétalos se licuaron en el aura azul
y tus lágrimas derramaron verdes aromas.
De tus cálidos labios fluyeron las fragancias
que encendieron el arrojo de mi pasión loca,
pero te desvaneciste en las alas del viento y
me dejaste con mi dolor y mi pena a solas.
En las alas del viento