He perdido los ojos así como el alma,
la oscuridad me abraza como capa
que me vigila todas las noches melancólicas...
Las fortalezas que me empujaban a cada alba,
He derramado mucha sangre en mis ropas,
Que me he quedado sin fuerzas,
¡Mi pecho se ha infringido de tanto dolor!
Que hasta he perdido la razón de ser.