La tierra esta fría, el hambre se avecina,
muriendo están los niños por falta de calor,
¡oh Dios! de las alturas de alma peregrina,
tú que creaste al hombre no le des más dolor.
Por eso es que te imploro ¡oh! Señor de humildad,
tus hijos en la tierra tus leyes transgredieron,
no existe ya el amor, abunda la maldad,
la guerra no termina, ya muchos fallecieron.
Al hombre le diste manos, no para tu alabanza,
sino para apretar el gatillo de un arma mortal,
te imploro ¡oh mi Cristo! en esta alabanza,
que des sabiduría y amor en cada portal.
Tu creación divina el hombre ha destruido,
la mente que nos diste, de odio esta llenada,
los campos y nevados ya todo lo han perdido,
la vida en la tierra está toda abrumada.
Por eso es que te imploro Señor de las alturas,
y en esta penitencia te pido mi perdón,
las leyes de los hombres son vanas y son duras,
que lastiman el alma y acaban con el corazón.
Venid, Rey de reyes, para acabar con tanto sufrimiento,
venid con tu mansión, trayéndonos la luz,
ya muchos olvidaron tus sabios mandamientos,
otros no se acuerdan que moriste en la cruz.