ADRIANO

LA META INFINITA


Todo llega como un suave murmullo
que va creciendo de intensidad hasta ensordecernos,
como si estuviéramos al pie de una cascada.
Nuestros sentidos se liberan de todo control terreno
y se elevan a la inmensidad infinita, más allá de toda dimensión humanamente imaginable, rodeados de esferas luminosas
de colores inconcebibles y belleza sin límite,
¡oh padre supremo! cuan incomparable es tu reino!,
gracias por tanto amor.