Envuelta en policromos y radiante
deslumbra la expresión de una vidriera
y reina de un color de primavera
trasluce goticismo en su talante.
Su alzado es ojival y rutilante
tornándonos la vista en una hoguera
y logra, entre sus arcos, la manera
de, juntos, alumbrarnos fulgurante.
Reflejan sus pigmentos esta historia
llevando en el vitral de su tintado
románticos esmaltes encendidos.
Matices, son, de nuestra propia gloria,
amor que, a oscuras, luce iluminado
por dos amantes locos y atrevidos.