VICTOR SANTA ROSA

QUE ERA DE OTRO SABÍA.

QUE ERA DE OTRO SABÍA.

 

Sí; Que ella era de otro lo sabía,

pero también la quería mi alma

y aunque no la tuviera la poseía,

extasiando mis noches y mi cama.

 

¿Cómo hacer la tempestad calma?

Y que cese viento, lluvia y trueno.

Dirás Señor con tu mirar sereno:

nada serás ante la indómita  naturaleza.

 

Más no menos natural son corazón y alma,

que sojuzgan razón,  sentido y cabeza.

 

El amor entre alma y corazón,

Indomable es en su albedrío

y se pierde total sentido y razón,

desbordando cual caudaloso río.

 

Arrastrados somos sin voluntad propia,

aunque neguemos su imperio y potestad,

porque toda  negación es vana. Impropia,

si mintiendo no amar… Amamos de verdad.

 

Y ella también de otro se sabía

y sabía igual que yo la amaba

y al amarme a ese otro mentía,

si al besarlo mis labios deseaba.

 

Grande dilema es el amor,

que no reconoce propiedad ajena

y siendo tan bello se hace pena.

Más no es pecado que condena.

… Es simplemente el amor .

 

Autor: Víctor A. Arana.

(VÍCTOR SANTA ROSA)

Julio 18 del 2020.