Rafael Escobar

\"DIVINOS DELIRIOS\"

 

En su lecho de suaves edredones

que calmaba deseo muy profundo;

ofrecía la gloria de este mundo

con su cuerpo repleto de pasiones.

 

Al brindarme su ardor con regios dones

detenía mi anhelo vagabundo,

en su lecho de suaves edredones

que calmaba deseo muy profundo.

 

En un mar de suspiros y emociones

disfrutaba su amor cada segundo;

porque envuelto en su fuego tan fecundo,

yo vivía divinas ilusiones

en su lecho de suaves edredones.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.Ronde