En la sima de nuestro interior existe algo ineludible
ella contabiliza nuestros actos y a veces atormenta,
es un juez imparcial aunque parezca esto increíble
pero en el confín de los días esta alma lo lamenta.
Cuando los hechos son muy reiterativos se estabiliza
aunque las malvadas actuaciones el cuerpo lo refleja,
el permanente ejercicio físico a una débil figura estiliza
sin embargo en ocasiones la gente se queda perpleja.
La caja negra de la existencia es nuestra conciencia,
se puede engañar al mundo, no a este instrumento
en su interior queda gravada la más mínima evidencia
aunque la última expresión sea un lúgubre lamento.
La conciencia pura no es de la razón una equivalencia,
como humanos a cada acción buscamos una explicación
en este caso pocas veces se produce una ambivalencia
por ello siempre debemos obrar con suprema aplicación.
Jaime Muñoz,12 de junio de 2020