A SOLAS LLORÓ,
VIO EN ESA PRIMAVERA, COMO LAS HOJAS VERDES DE LOS CHOPOS,
CUBIERTAS CON SUS ENOJOS,
SE TORNABAN, TRISTES, AMARILLAS Y CAIAN LENTAS, MUY LENTAS,
COMO SI EL OTOÑO HUBIESE ADELANTADO SU LLEGADA
Y UN VACIO INTERNO LE ACOSARA…
Y LLORÓ.
ERA, COMO TELA DE TERCIOPELO DORADA,
QUE EN PANTALLA SE TORNABA
Y POR ENTRE SUS FINOS POROS, SE VEIA,
LO QUE SU ALMA ADORABA…
Y LLORÓ
SINTIÓ PENA EN EL ALMA,
OYÓ COMO EL AGUA DE LOS RIOS SE QUEJABA
POR NO QUERER IR AL MAR,
PUES SU VIDA ALLÍ ACABABA…
Y LLORÓ
SE QUEJÓ EN SU INTERIOR, APAGADO,
SIN FUERZA, SIN ILUSIONES,
SIN SENTIR YA LAS RAZONES,
SIN LUZ EN SUS EXPRESIONES,
SIN VER A SU SER AMADO…
Y LLORÓ
NO HABÍA SENTIDO EN SU VIVIR,
LA SOLEDAD LE PODÍA Y LA CALMA POSEÍA,
LA PENA LE INVADÍA EN SU INTERIOR…
Y LLORÓ
QUISO AMAR, PORQUE ALLÍ ESTABA SU AMADA
A QUIEN ÉL IDOLATRABA,
Y QUISO SENTIRLA EN ÉL,
EL VELO SE INTERPUSO ENTRE LOS DOS…
Y LLORÓ
SEGURO QUE DIOS ESTABA TRISTE,
SEGURO QUE EL CIELO, NEGRO SE TORNÓ,
QUE INMENSA CALMA, AL INFINITO LLEGÓ…
Y LLORÓ.
OYÓ EL DESGARRAR DE SUS ENTREÑAS,
COMO EL VOLAR DE SU VIDA,
CÓMO, SU ILUSIÓN PERDIDA,
COMO SU VIDA ACABÓ…
Y LLORÓ.