GRABADO EN LA CORTEZA
Pretendo disfrazar mi situación
cuando surge al encuentro un conocido
pero sé que se llama depresión
lo que invade y despierta algún sentido.
No consigo frenar mi corazón
cuando late sabiendo que te has ido,
no sé dónde, tal vez a algún rincón
pernicioso sin ganas del olvido.
Extraño tus caricias de mañana
y en las noches un fuego me consume
aunque el frío golpee en la ventana.
Es mi olfato el que marca y quien no asume
descubrir en el aire la lozana
estela de tu cálido perfume.
Y nunca se consume,
adquiere con el tiempo más pureza
porque sigue grabado en la corteza.