Caminaba libre y distraído;
de repente,
me quedé, encerrado contigo.
Podía existir sin ti,
gritaba mi interior,
sentir satisfacción,
compartir mi bienestar con otros.
No era un náufrago,
vivía mis infidelidades,
cubría mis necesidades.
Tus atributos
habían perdido mi atracción.
Mis químicos despertaban
en otros laboratorios vivenciales.
En nuestra burbuja,
recordé los acuerdos,
los convenios,
mi compromiso.
No sabía
en que oscura esquina
se había quedado la locura temporal
que despertaba en mí,
esa pasión sin control
que revivía la llama
de mi amor.
Por qué te escogí ?
Cuándo escaparon las palabras delicadas ?
La ternura ?
Ahora,
el hostigamiento,
los insultos,
las descalificaciones,
vestidas de burlas e indiferencias
daban paso al desgaste.
Tu dolor,
tu cansancio,
me invitó a tomar tus cargas.
Reviso mis errores,
el silencio profundo me hace responsable.
El traje de la culpa
cae a mi lado,
me desnudo ante ti.
Avivo el amor
que permanecía oculto entre las cenizas
de los gratos momentos.
Silenciosamente
como a un tierno colibrí
te dejo mis pétalos abiertos
para que tomes el néctar mágico
de mis sentimientos más puros.
Mis sueños son aves
que volverán a hacer nido en ti.