Danny McGee

SE CONVIRTIÓ EN MI SUEÑO.

SE CONVIRTIÓ EN MI SUEÑO.

Se convirtió en mi sueño, mi perfume, mi sudor, mi aliento, en aquello tan hermoso que mezcló nuestros sentidos. Todo... todo era nuestro y todo su cuerpo se convirtió en un beso mío.

Un beso entre las sábanas, una pausa para vernos y una dicha recortada, envolvían el momento. Era tan, pero tan mía, que el futuro era un recuerdo de una bella poesía.

Y yo escribía el camino de mi vida entre sus piernas, donde ya no había desvíos sino cárceles abiertas. Era tan, pero tan mía, que el futuro era un recuerdo de una bella poesía.

Se convirtió en mi sueño, mi cintura, mi sudor, mi aliento, en aquello tan hermoso que mezcló nuestros latidos. Todo... todo era nuestro y todo su cuerpo se convirtió en un beso mío.