Y después de todo, hundió la mirada en un sueño. La vida le fue dando forma a su existencia de espiral de primavera y gota ferviente de rocío cayó a la tierra.
Era de noche, y el velo nocturnal vislumbró las estrellas, que iracundas, escaparon a la luz de la pupila. Un juego de diminutas diademas adornaron la frente y ramillete de flores tachonaron el alma.
Y el corazón se hizo fuego
Y la garganta llamarada
El cuerpo sacudió su temple
Y la sandalia sus cadenas
Tanta melodía en el alma
Tanto silencio en la boca
Ahora nada,
Mirad las palmas
Vacías
Y el corazón roto
Solo es una sombra
En la ladera del alma
Solo es un lamento
Más allá de éste tormento.
* Imagen de Islam Gamal
Luz Marina Méndez Carrillo/29072020/ Derechos de autor reservados.