Preguntan que fue lo que quedó de mí después de aquel huracán.
Les conté que casi nada, que las paredes y ventanas quedaron destrozadas, que los muebles han quedado enterrados en los escombros y todo se había venido abajo cuando el viento comenzó a golpear.
Todo se encontraba inundado, había más de un motivo para bautizar ese huracán con un nombre que sabía me dolería por el resto de mis días.
— Yetzy Velasco.