“. Aquí está el árbol del olvido, de él saqué un trozo de madera para grabar tu nombre”.
Pablo Neruda
No comprendo a la ardilla que sube y baja de un árbol
como un viaje de locos
como un niño insaciable….
no comprendo a esta tarde por qué llovizna breve
o qué soñaba anoche
que al despertar me duele.
Soy el peregrino que sin saber se adhiere
a un poste o a un encino.
Muy cerca de mis labios
quizás estuvo el beso
detenido un instante en prosaico momento;
tu pierna se cruzaba -como un andar de ciego-
por eso es la nostalgia un puñado de cieno.
Has visto la silueta que escurre por tu espalda
perdiéndose en tus glúteos
(es un triste recuerdo
que hoy está de luto)
Esbozaba tus senos con mis labios
mientras en tu entre pierna mi mano se escapaba
por eso no comprendo porque tu nombre empieza
donde termina el ansia de volver a tus brazos.