Guardián De Ángeles

Amable y excepcional

Te amo tanto, Reina mía, aun siendo víctima de mi vacío interior, en esta vacuidad que cenizas trueca a mis esmeros en el agujero negro de mis desesperaciones, te amo, mas hoy le exijo a mis palabras que den el último aliento como intentos finales por expresar la lógica sin sentido de
mis constelaciones; envuelto en silogismos que justifican lo absurdo, me empeño en que sepas que en mis actos por contradictorios he sido
víctima del egoísmo gracias al amor, que sin darme cuenta en los deslumbres de las supernovas, he quedado cegado.
Te amo tanto, Reina mía, pero he sido envenenado, soy temeroso, ahora el mundo me aterra, el desorden entre nuestros congéneres me tiene devastado; y ¿acaso no existen más hálitos de esperanza entre todo el aciago, existirá un justo que justifique la continuidad de la humanidad?, si, existe, es un hombre maravilloso, imparcial, noble… que a tu vida ha llegado, un hombre portador de aquella varita mágica que forma paisajes bellos para tu resguardo, el hombre cuyas expresiones se envuelven con
el céfiro para hacer piruetas vibrantes que acaricien la sensibilidad de tus anhelos bajo tu cuello, frases que juegan a las escondidas entre tus cabellos; un hombre amable y excepcional, que ante él me siento nimio, miserable...
Te amo tanto, mujer, que si me pidieras con sinceridad tu libertad para navegar sobre los ríos que conducen las aguas generosas que emergen
del alma de aquel hombre maravilloso que a tu atmósfera ha arribado, yo con todos mis esfuerzos interiores lo aceptaré, y venceré mi orgullo tan maldito, este que arranca mi esencia y me llena de vacuidad, este que me sume en la desesperanza y me envuelve en el tedio, este que alimenta mi decepción por el caos reinante y me conduce por las sendas del hastío.
Sólo te pido que seas hoy, como siempre lo has sido, una vez más, sincera contigo y conmigo.