Quién olvida del recuerdo tus ojos
de tu desnudez en mis huesos y su anochecer en las memorias
tu cabello como raíz de caracolí bajando la fría piedra que fuí
Te amé desde la marca de tu pasado
oculto de lágrimas en el vaivén de un beso
besándonos lo presente, entre hojas secas de olvido
Llegaste descalza y quisiste un amor de sueño, porque quién juzga lo que se sueña
cómo se mata lo inexistente
al despertarnos se juntan los caminos
sin ir más allá del cielo, de este suelo eterno
Cerca a nosotros la esperanza
sosteniendo la existencia en los placeres, solo con re encontrarnos dos caminos, un destino
de la rosa y los claveles nos quedan las espinas
A dónde vamos que la realidad no nos persiga
Quisiste el verso de mi beso
al nido de piel y miserias contadas con sangre
El idilio de otras parejas que se aman
En el amanecer desnudo la luna ahuyenta la esperanza
del sueño
hambrienta felicidad
a la noche que viene entre silencios
La culpa de ser lo que la piel extraña
entrada triunfante de espíritus ambulantes
Ser nada más que cielo y sol, luna, de vez en cuando canciones
un poema a la vez , otras veces distancia
a veces nada o todo cuando se nos cruzan las palabras
Quisiste ser lo innombrable
o nombrarte espejo
del miedo
del placer ajeno que callamos
Quisiste una estrella pero yo tejía soles con espinas
sorbí el veneno de tu cadera melancólica
Quisiste tomarme por venganza
poner la vida en las laderas
ansioso camino del pecado
Quisiste la noche
Anhelaste la muerte secreta
en mi sangre encontraste condena,
Hoy eres tú quien vuela.