No sé si es la edad...
Tal vez sea la cuarentena...
O vivir una cuarentena a esta edad...
Pero me estoy haciendo preguntas
que nunca antes se me ocurrieron.
Por ejemplo me pregunté
“¿Cómo sería mi vida sin poesía?”
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Primero les cuento algo...
Hay un conocido futbolista, realmente feo probrecito, que en los reportajes siempre dice
“si no fuera por el fútbol yo habría muerto virgen” Le quito “fútbol” y le pongo “poesía” y esa frase es absolutamente mía.
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La poesía me permite seguir mirando al mundo
con asombro, encontrar belleza en los rincones,
descubrir un universo debajo de una piedra,
vivir multiplicidad de vidas en una vida,
dividir el tiempo en planos simultáneos
y hacer del espacio sendero y laberinto,
a confundir el amanecer con el crepúsculo
y el sonido de la lluvia con sílabas de agua.
La poesía me da sin retaceos la única forma
de libertad que conozco, y es la de transitar l
a omnipotencia de crear o recrear nuevos mundos
y cumplir con plenitud el rol insustituible del arte:
subvertir la realidad, poner sin concesiones
el universo y sus alrededores patas arriba.
La poesía me otorga la posibilidad de mantener ocupados y distraídos a mis fantasmas
y a mis delirios para que dejen a mis noches en paz,
y de paso que realicen sin tropiezos un pacto
de coexistencia con mis duendes
y con la sinrazón luminosa de mis utopías.
La poesía me brinda el don de ser un Lázaro cotidiano,
y con cada amanecer volver a la vida
con una dosis más de sueños y en el ocaso, suponer que no ha sido en vano.
R. C. GAL. ROA.
J. 30.07.20 - 12.17\'