Como blanca paloma volaste al infinito
donde todo es y todo se reduce a la nada
y yo quedé atrapado en los garfios del tiempo
contemplando solamente tu verde mirada.
Las pompas y boatos del mundo se esfumaron
como humo que desprenden las flameantes llamas,
sólo los rojos besos de tus ardientes labios
llenaron el vacío en el que quedó mi alma.
De noche oigo sigilosas voces que se esconden
en lo más velado de la bóveda estrellada,
es el eco que recorre el espacio eterno
de nuestras palabras enamoradas.
Como blanca paloma volaste al infinito
con tu ingrávida luz y tus cándidas alas,
contigo te llevaste lo que yo más quería
y me dejaste a solas con tu verde mirada.
Fin de En las alas del viento