Tu mirada,son ojos bendito;
tu sonrisa,un cielo gozoso;
tu abrazo son un pulpo vicioso:
y por tu beso...un color infinito.
A partir de aquí,todo quimera.
Pequeña prisión del verbo margarita;
una dosis de flor de pura dinamita
que estalla hermosa en una jardinera.
Debiera aparecer siempre hermosa,
no en un envejecer espejismo...,
y su carne volviere larga diosa
de eterna apetito de erotismo.
Y por este largo y lento testamento
no pasen sus años ni vuele el viento.