Kinmaya

Poema soñado

 

Mi alma renace imperecedera,

 al despertar de tus besos,

 el deseo escapa hacia un remanso,

 sosiego que recorre todo tu cuerpo,

 la paz reina tan calma eres.

 

La distancia indeleble asombra,

 cubriendo con suaves caricias,

 las horas que parecen mustias,

puñado de arena tersa brillas al sol,

 tus destellos inhiben al mismo cielo.

 

He visto la luna salir en tus sueños,

en el centro de una noche profunda,

 como los abismos del mar,

en un vaivén de infinitos versos,

 salidos de las entrañas de un poema soñado.