Mama ya no pregunta,
El tiempo, de su mente
te ha borrado.
Estar solo no me asusta.
Y, aunque tú no comprendas,
Que más allá del amor,
Hay vida y regocijo,
Yo te miro,
Y al fin puedo decir,
Que tus ojos ya nunca
Provocarán más alegría en mí.
Nunca más serán mi cobijo.
Hoy, comienzo a vivir.