Tezla Abastida

Valle de Sula

 

   

Quería poner fin a las ruinas y la oscuridad,

alejarme en la letanía de un desierto

sucumbiendo en la belleza de lo eterno,

en la promesa de un nunca jamás.

Que las cenizas lavaran mi cuerpo,

aunque a mi mente…  ¿Que la pudiese lavar?

¿Quién borraría los miedos?,

¿Qué disiparía la soledad?,  ¿Y aquéllos escalofríos?

¿Aquéllas lágrimas?... Y el dolor,

¿Dónde van?

 

Deseo que sobre mi carne se alcen

alamedas y lomas hasta el firmamento.

Que el mar pasajero purifique los miedos

despertando en mí un nuevo nombre,

que se haga de colores y olores,

de sabores nuevos... Exorbitantes.

 

Ser arropada en el vientre materno

del Valle sagrado que me cuida atento,

mientras cubierta de lágrimas

fuera la última la que robase mi aliento,

para llevarse consigo también los lamentos,

también los porqués.

 

Seis siglos más tarde,

entre sus altas cumbres,

y en las aguas de los ríos y arroyuelos…

Se abrirán caminos desde el cielo

por los picos de éste bosque.

Y yo seguiré postrada en lo fértil de su tierra,

con la última lágrima en mi mejilla

deseando fluir por la cuenca.

 

Imploro me auxilien tus aires venideros

de verdades que son y que fueron,

tan verdad como los sueños,

tan verdad como las pasiones

que en tu selva se perdieron…

 

Por eso ruego de rodillas

al Dios de las montañas y los cielos,

ruego al Dios de Kubla,

y a los santos a quienes todavía

se les escucha clamar hasta los Pirineos.

Les ruego velar por mi Valle de Sula.

y prometo que los cantos de éste

serán recordados por los siglos,

por mis hijos, por tus hijos.

 

Y en el rumor de las olas o el pasar de los tiempos,

Valle de Sula, resonarán tus bosquejos.

Gracias por las aves que albergas,

por la frágil brisa que soplan tus veredas,

por el verde de mi vida, por el céfiro de amor.

 

Unamuno que contaste al mundo

que el desierto es el destierro de lo eterno,

tras una vida que se va con el reloj,

tras una novela que he de contemplar,

esta esencia que de un Valle germina

en un Valle ha de acabar…

 

Valor se hace verbo y mi letra mi verdad.

No hay destierro más dulce,

ni eternidad más casual,

que la de ésta pureza de Valle

que entre luz y viento,

perdurará

 

Por: Tezla Abastida

Honduras 10/08/2016

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