Perdí la cuenta de todos los poemas,
Que he escrito para ti en noches eternas,
Algunos los deseche con tristezas,
Otros como estos, viven a escondidas.
Cansada de cantarle a las estrellas,
Que te amo tres veces más de la cuenta,
Que mi alma solloza en despedidas,
Y me despido tanto porque no deseo está partida.
Sin embargo, la vida continúa erguida,
Digna con su tiempo, atardeceres y melodías,
Cómo si fuésemos nada,
Nuestro eterno momento, hoy expira.