Vayamos hasta el hueso
hasta lo mas profundo
al centro de las cosas
y si no alcanza... más.
¡Comámonos por dentro!
¡bebámonos el fuego!
los néctares
los jugos
la sangre
la miel
la sal.
Rompamos nuestros cuerpos
hasta caer rendidos
ardidos,
consumidos
saciados por el pan
del hambre que nos dimos
mirándonos los ojos
deseándonos matarnos,
de amor,
hasta el final.